salía directo a aquel edificio en donde todos eran iguales ante un simple vistazo, pero en realidad no era así.. no era así para nada. Respiraba profundo y caminaba con paso inseguro por los blancos y fríos (demasiado fríos) pasillos y escaleras hasta llegar a la puerta de madera que debía cruzar para encontrarse con algunos pocos que le arrancarían una sonrisa. Sabía que se sentiría observada apenas cruzara el umbral y que la mirada de reprobación del profesor la haría poner nerviosa y probablemente se chocara contra algún banco. La fórmica del asiento está realmente helada. Sube la vista y dos miradas llenas de curiosidad y duda la observan.
- Estoy bien.
Otra mentira más...no entiendo por qué me creen, pensó. Intentó pintar su mejor sonrisa pero era casi físicamente imposible. Gira la cabeza y un chico de mirada amable y cordial, muy diferente a los demás ojos, la saluda animadamente.
-Te sentís bien?
-Estoy bien.
Ay Anita. (L)
ResponderEliminarMe gusta cuando escribis.
Quiero que subas eso que habias esscrito para mi, ya no me acuerdo como era, pero me gustaba.
Paulette